le mùsic

lunes, 29 de septiembre de 2008

estar en amor

Estar en amorad...
Ha sido tan renovante este tiempo que he compartido contigo, me siento tan nervioso al recordarme a mi mismo cuando a tu lado estoy, nuestras historias y sentimientos expresados en esa abrumadora sinceridad son para mí la muestra de una gran intimidad compartida. Me dices con angustia que todo ha sido muy rápido y que sientes miedo de sentirte así, pero te debo confesar que cuando me lo dices no estoy pensando en lo rápido o despacio que vallamos sino en lo bien que me siento al saber que al estar cerca de mi experimentas sensaciones que te contrarían tanto como para hacerte conciente del miedo hacia un sentimiento interno tuyo hacia mi, eso me emociona, me alegra, me enternece y quiero gritar que me siento igual y que el problema de la velocidad simplemente se opaca frente a un panorama en el cual pudiera yo volver a querer, quererte, y talvez tu a mí.

Me preguntas sobre la diferencia entre enamorarse y simplemente estar bien compartiendo cosas con alguien, la verdad no se la respuesta, pero he comenzado a elaborar un camino para preguntarme sobre esa diferencia; al principio y como ambos suponíamos cuando conversábamos el tema, no la hay, sin embargo me parece que dejarlo ahí sería algo irresponsable con mis sentires, pues como te he contado en muchas ocasiones he intentado conciliar mi deseo con mi corazón, llevándome la no grata sorpresa poco sorpresiva de encontrar un “estar bien” hablar de “cosas interesantes” entre cruzado de una tibia pasión en la que ni siquiera los besos aparecen en ese panorama de normalidad diferente, pero solo eso, normalidad, estar despierto y escuchar y sentir. Una nueva vigilia dentro de la pesadilla de un corazón hibernando encerrado en mi pecho sin ansias reales de salir a saludar, el motivo de esto no me lo preguntes, no he podido saberlo, solo lo he vivido, y es recalcitrante sentirse envuelto en esa situación en la que simplemente no es posible mirar a los ojos a quien te desea, no tiene que ver con “quien” solo no es posible, sin importar su belleza o inteligencia o sensibilidad, se trata de uno mismo que no se enamora, y peor cuando es de uno del que no se enamoran, pero es así. No obstante y bajo esas condiciones con ese alguien bello, inteligente, sensible, rico, famoso, etc. Se puede “estar bien” se comparten cosas, se aprende, se goza. Lo amargo del caso es que esa es la mayoría de las experiencias. Al cabo de un tiempo se descubre con desazón que lo encontrado no es lo buscado, y pues, no hay “estar bien” que valga para luchar por una pasión tibia así. En cambio cuando se esta enamorado...no sabría ni por donde comenzar a lo que otros llamarían mentir. Empezando que no tendría ni porque tener que enunciarlo, pensarlo, decirlo en una explicación o comparar el sentimiento con alguna otra sensación conocida, las personas enamoradas lo saben, estaría siempre enunciado en la mera presencia del otro. Un saludo, un rose de las manos un beso en la mejilla serían lo que son y serían más que ello, no es un acuerdo, uno no lo decide en un tratado de relación con el otro, puede morirse uno de pasión y el ser amado ni saberlo, en otras palabras eso sería estar medio enamorado, pero de alguna forma estaría enamorado, cerca de un amor dejas de estar despierta para estar conciente de tu vida, los sentimientos se salen del cuerpo y vuelan libres, buscan a tu amor y se compenetran tanto que crees que ya no son tuyos, eso de tuyo y mío simplemente no opera, cuando por fin logras calmarte y pensar acerca de que te pasa se pone complicada la cosa, el descentramiento del cual haces parte te multiplica las posibilidades de pensar y accionar, el abanico de posibilidades se abre ante ti y tu conciencia crece. Lo mejor de todo es que ello no tiene reversa, una vez sabes que te pasa algo así ya no puedes sino disfrutar cada vez que te pasa. Estando embriagado de amor siento que puedo ser más de lo que soy porque puedo ser lo que puedo ser y en este caso sería un amante. Cuando en una situación tranquila por fin tienes a tu amor enfrente sientes afán y se te ocurre una infinita cantidad de cosas para compartirle, los recuerdos e imágenes y sonidos que alguna vez disfrutaste, quieres que en un solo segundo tu amante los disfrute tanto como tu. También debo decirte que nunca más quiero volver a darle características al estar enamorado, quiero vivirlo, y siento que solo escribiendo o hablando no se encuentra eso de lo que intento hablarte, no es suficiente anhelarlo, ni aprender mucho acerca de él, tampoco se puede decidir racionalmente, y la verdad creo muy difícil eso de tener mucha paciencia y esperar y esperar a ver si alguna vez se digna a buscarte, simplemente cada que esa alarma interna se enciende hay que estar alerta y hacer lo que se deba con todos tus recursos posibles para que el amante seas tu o el otro pueda ejercer ese amor.

Creo que cumplí una anterior profecía con respecto a escribir sobre amor, primero no se sabe bien que es lo que se quiere decir y luego pues simplemente no se sabe lo que se ha dicho.

Me imagino que aparte del tedio de leer esta carta, te debes estar preguntando porque será que hablo tan insistentemente sobre el tema y la verdad me muero de ganas por explicártelo. Pero primero te debo hacer una aclaración, en la vida todo esta en movimiento y tu si que lo sabes, todo lo dicho puede cambiar, puede morir o crecer, igualmente se movería, el tipo de movimiento de las cosas se puede influir pero la voluntad no es la única fuerza existente y las otras son tan demiúrgicas que resulta perfectamente impredecible saber el camino que las cosas tomarán, mi solución, estar alerta siempre y que la sorpresa solo me de alegrías... ojala.

El motivo por el cual hablo tanto de esto es porque lo deseo desde lo profundo de mi corazón, eso lo he sabido desde la primera vez que lo sentí, intentar e intentar obteniendo no más que una pasión tibia ha sido mi rutina y normalidad, pero cerca de ti el panorama de lo posible se transforma tanto que siento que mi deseo hacia ti crece con cada nueva cosa que me dejas conocer de ti, explorarte resulta siempre una aventura fascinante, perdido en tus miradas y en tus labios te escucho abrirme un puerta a tu interior, tu voz y tus gestos se convierten en mis alucinógenos favoritos, tu gran riqueza gestual me deja absorto y siento que debo ser más que uno para poder procesar todo lo que me haces sentir, intentar una despedida contigo es una labor utópica, creo que ni en una semana se nos acabaría un nuevo tema para hablar, y ni hablar de no hablar, tu cuerpo hermoso entrecruzado al mío es una imagen-sonido-olor-recuerdo indecible, curvándote y girando entera de placer te recuerdo, tiemblo y no es de miedo cuando pienso en tus gemidos, recorrerte con mis labios y lengua es simplemente mi deseo-deber cuando te encuentro desnuda y agitada por las caricias y mi presencia cercana, mi cuerpo te llama y tu respondes con tus manos rasgando mi espalda, me dices bienvenido y por fin dentro en ti y en ese momento siento como si volviera a mi mismo después de un desdoblamiento, tu temperatura se siente tan claramente elevada y tus labios no quieren sino gritar a mi llegada, todo mi cuerpo se combina y tuerce entre el tuyo, dices muchas cosas excitantes dentro de las cuales siempre escucho mi nombre en tu desfigurada voz, más yo quiero gritar el tuyo y decirte amor! Y no solo cuando hacemos el amor quiero decirlo, también cuando llamas quisiera decirte amor, después de mirarte hipnotizado en tu belleza también he sentido ese deseo, y debo confesarte que ya he contado tres veces en que sin querer te he dicho en voz alta te quiero, se me escapa y lo noto solo hasta después de decirlo, la última vez te fuiste y en el momento en que te besaba giraste para subirte al bus, no estaba pensando solo te había besado y te ibas, pero recuerdo que mis labios dijeron te quiero! Y me sonroje, pues no fui conciente de ello sino hasta después de haberlo hecho, la última vez que dormimos juntos me pasó lo mismo cuando te habías dormido se me escapo ese mismo te quiero involuntario, la primera fue la más evidente, estábamos conversando y en medio de mis argumentaciones se me escapo ese te quiero y no se si lo notaste, yo si, fue una animadversión en ese momento pues igual que ahora no tengo no idea de ser correspondido.

Creo que es mejor que sin más preámbulo confiese el verdadero sentido de lo quiero decirte en esta carta. Te confieso que me cautivas y me encantas, y te confieso que me gustas, y por sobre todo te confieso que me estoy enamorando de ti, te quiero y te quiero mucho, y estoy feliz de sentirme así.

Consciencia

Que sensación, que expectativa tan inalcanzable dentro de tan corto tiempo, no de lo vivido que ya es mucho, sino de lo posible de pensar que es mucho más. Ya he sentido algo así, no lo siento como algo repetido, pero la naturaleza de las sensaciones se puede percibir en el aire que puedo respirar cerca de ti. No creo que haya un nombre o un marco de referencia que nos diga que es lo que es pero si podemos saber en alguna medida que la vigilia se comienza a transformar en conciencia y que la vida se puede volver algo más que solo levantarse y seguir con una utopía de creencia, sin la más mínima muestra de posibilidad real de que hacemos algo en el ahí. Querer querer, parece el himno de una nación mía en guerra con la tuya, nadie gana o pierde, en los juegos, pero, como saber que jugamos y no que juegan con nosotros? Conocer esta respuesta sería como decir de antemano que las cosas del mundo son demasiado aburridas como para ser dignas de conocerse. Con todo, es excitante salir a cazar y poder morir, porque en la cacería y sin importar el papel que se tenga, hay una prueba de vitalidad mutua, existes como mi presa cuando te busco, y existes como victimaria cuando me atrapas en tus frialdades, pero existes! Y yo también! Ó, de que otra forma se te ocurre que existiéramos en la gris periferia de nuestra cotidianidad? Como sea la marcha atrás no es una opción, no creo te puedas volver una extraña impasible que mira desde lejos y en su piel no siente un crispamiento inconciente al recordar que junto a la mía combinada y retorcida grito pasión y sollozó ternura mientras mis brazos te recorrían con ávida y lasciva curiosidad. Tampoco supongo que yo mismo en mi condición valla a olvidar lo que con tanto placer recuerdo de ti.